Arte
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 Si el joven Pablo Ruiz Picasso no hubiera experimentado la revolución del pensamiento del cambio de siglo en la Barcelona convulsa y ecléctica, habiendo partido de su Málaga natal, posiblemente no hubiera pintado "Les Demoiselles d'Avinyó" en aquel 1907. La escuela de la Llotja, la cervecería els 4 Gats, el Real Círculo Artístico y el deseo de mirar hacia París son componentes decisivos en la genial visión del maestro que fué uno de los que fijó los precedentes del arte abstracto.
Una incursión en tierras del Berguedà nos acabará de perfilar cómo el contacto con la naturaleza le aportó interés por la escultura y la necesidad de evolución plástica. La experiencia se puede enriquecer con una extensión a Málaga, dónde se ha abierto recientemente al público su casa natal y el Museo Picasso de esa ciudad ofrece una visión de obras no vistas hasta entonces. |